Movidos por un afán de enseñanza, transcriben contenidos de los códices latinos a verso castellano. Intentan respetar la tradición escrita, cuidando las formas y otorgando una regularidad métrica hasta el momento desconocida en la literatura española.
Características del mester de clerecía
- La métrica: el metro utilizado es el cuarteto monorrimo, llamado también cuaderna vía: estrofa de cuatro versos alejandrinos, de catorce sílabas, con una sola rima consonante. Es un metro de origen francés.
- El lenguaje: presenta a veces un tono más familiar para intentar hacer llegar al pueblo leyendas e historias que este desconoce. Sin embargo, al utilizar como fuente la lengua latina, aparecen numerosos latinismos.
- Los temas: suelen tener un carácter religioso o cultural, con leyendas devotas, vidas de santos o relatos de origen clásico.
Poemas conservados del mester de clerecía
Gonzalo de Berceo
Gonzalo de Berceo es el primer poeta castellano de nombre conocido, aunque no se sabe mucho sobre su vida en el siglo XIII. Fue durante muchos años clérigo secular en el monasterio de San Millán, en La Rioja.
Toda la producción de Gonzalo de Berceo tiene carácter religioso. Escribió tres vidas de santos, dos poemas dedicados a la Virgen, tres composiciones religiosas de asunto variado y tradujo tres himnos litúrgicos. Junto a ello, su obra principal es Los milagros de Nuestra Señora.
Los milagros de nuestra señora
Los milagros de Nuestra Señora consta de 25 narraciones. En su introducción alegórica, el poeta se presenta como un romero descansando en un delicioso prado. La romería simboliza el camino de la vida y el prado, la Virgen, cuya bondad ofrece alivio al dolor de los devotos. Los 25 relatos que siguen narran, por lo general, milagros realizados por la Virgen en favor de sus fieles, bien para salvar su alma, bien para ayudarles en algún momento difícil.
Las obras de Berceo demuestran que el autor tenía una amplia cultura religiosa y un gran dominio de la lengua, situándolo dentro de la poesía culta de su tiempo. Pese a ello, su inspiración y su estilo están muy cerca del arte popular, haciendo llegar al pueblo las leyendas religiosas. Para ello, imitaba en ocasiones recursos característicos de los juglares.
A veces, introduce una cierta intención humorística, sabiendo que la comicidad era un recurso eficaz para atraer la atención de la gente. En este realismo ingenuo que mezcla lo culto con lo popular y local, está la originalidad de Berceo.
Siglo XIV: un giro en el Mester de Clerecía
En el siglo XIV empieza a notarse la presencia de una nueva clase burguesa junto al sector caballeresco y eclesiástico. Esto impulsa una literatura de tono realista y satírico.
Para esta clase social, la astucia y el dinero están por encima de la virtud y del esfuerzo heroico, aunque en el caso de la burguesía castellana no se alcanza el grado de refinamiento y lujo que tendrá en otros países europeos, ya que la artesanía y el comercio se encuentran en gran parte en manos de árabes y judíos.
Durante este siglo entra en decadencia la literatura científica anterior impulsada por Alfonso X, empieza a descomponerse la cuaderna vía y los cantares de gesta, y comienza la influencia del humanismo italiano.
En torno al Mester de Clerecía aparecen nuevas combinaciones métricas. Además, se abandona el tema épico y surge una inspiración didáctico-satírica, que se aprecia en la obra de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita.
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
Aunque el dato no está confirmado, parece que Juan Ruiz nació en Alcalá de Henares. Desempeñó el cargo de arcipreste de Hita (Guadalajara). En unos versos suyos se advierte que estuvo preso durante trece años por orden del arzobispo de Toledo.Según se recoge en su obra, debió llevar una vida movida y desordenada, frecuentando la compañía de “judías e moras”, además de ser jovial y de gran vitalidad.
El Libro de buen amor
El Libro de buen amor es una obra de Juan Ruiz de la que se conservan más de 1.700 estrofas, en las que se aprecia una intención doctrinal. Se puede dividir en:
- Episodios narrativos: larga serie de aventuras en forma autobiográfica donde el autor cuenta con desenfado sus supuestas andanzas amorosas.
- “Exemplos”, fábulas o apólogos: como la graciosa historia de don Melón y doña Endrina, ayudados en sus amores por la vieja Trotaconventos.
- Fragmentos alegóricos: destacan la batalla de don Carnal y doña Cuaresma respaldados por sus ejércitos.
- Digresiones didácticas de tipo moral o satírico: morales (contra los pecados capitales) y satíricas (como el elogio de “las dueñas chicas”).
- Composiciones líricas en diversos metros: desde las de carácter religioso dedicadas a la Virgen hasta los cantares profanos de ciegos y escolares.
Casi todo el libro responde a un propósito doctrinal, pero también se nota una intención didáctica al servicio de la moral eclesiástica, mezclada con un deseo de placer y vitalidad muy humanos. El arcipreste respeta la moral, pero critica los abusos y las contradicciones de su tiempo.
De hecho, a veces lo religioso se usa con fines profanos, lo que produce un efecto curioso y desconcertante.
El estilo del Arcipreste de Hita es uno de los más ricos y variados de toda la literatura medieval, según Américo Castro. Por su agilidad, rapidez y por la abundancia de vocabulario, su lenguaje supone un gran avance respecto al de los poetas del siglo XIII.
La presencia de refranes y expresiones populares da al texto un tono cercano y vivo.
En su obra, el Arcipreste de Hita se muestra también como uno de los mejores humoristas de la literatura española. Sus observaciones agudas reflejan el espíritu burlón de la sociedad burguesa de la época



Comentarios
Publicar un comentario