No existían los móviles, ni la televisión, ni la radio, ni los vídeos de internet. Las noches eran oscuras y silenciosas. En una aldea castellana, Beatriz, una muchacha de trece años, esperaba cada luna nueva con impaciencia. Sabía que pronto llegaría el juglar, con su capa gastada y su vihuela al hombro. Venía de tierras lejanas, y traía en sus labios historias de reyes, batallas y amores imposibles.
Cuando el juglar entraba en la plaza, el pueblo entero se reunía. Las voces callaban. Solo sonaban los primeros acordes, y la magia empezaba. Aquella noche contaría un nuevo romance: el del conde Arnaldos, o el del moro Abenámar…
Ella no respondía. Se limitaba a sonreír y a seguir soñando. Por alguien una vez le dijo que había alguna juglaresa e incluso trovadoras, las trobairitz. Tal vez un día, pensaba, las chicas también podrían cantar sus propias historias.
Y mientras la vihuela sonaba, y las rimas del romance flotaban en el aire, la literatura española nacía en la voz de los juglares.
El romancero
Los romances son uno de los géneros más característicos y populares de la literatura medieval española. Nacieron como poemas narrativos breves, transmitidos oralmente por juglares, que contaban historias heroicas, legendarias o amorosas con un fuerte componente musical y rítmico.
También se transmitían de boca en boca entre la gente común: campesinos, soldados, mujeres que cantaban mientras trabajaban...
Su lenguaje es sencillo y repetitivo, lo que facilitaba su memorización y difusión oral entre el pueblo. Con el tiempo, pasaron del canto a la escritura, y hoy constituyen un conjunto fundamental de nuestra tradición literaria: el Romancero.
📜 Características métricas y formales
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Versos octosílabos: todos los versos tienen ocho sílabas métricas.
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Rima asonante en los versos pares: los impares quedan sueltos.
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Serie indefinida de versos: no hay número fijo; el poema puede alargarse según la historia o el canto.
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Lenguaje sencillo y musical: con abundancia de repeticiones y diálogos.
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Narración fragmentaria: se ofrece solo un momento o episodio, dejando huecos que el oyente debe imaginar.
🎭 Figuras de repetición en los romances
La repetición es una de las claves del estilo romanceril. Aporta ritmo, musicalidad y énfasis. Entre las más frecuentes encontramos:
🔹 Anáfora
Definición: repetición de una o varias palabras al comienzo de varios versos o frases.
Función: crear ritmo, insistencia o solemnidad.
Ejemplo (Romance del conde Arnaldos):
¡Quién hubiese tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos,
la mañana de San Juan!
💬 Comentario: la repetición de la estructura “Quién hubiese / como hubo” da tono de admiración y contribuye al tono misterioso del romance, que comienza con un deseo imposible.
🔹 Paralelismo
Definición: repetición de una misma estructura sintáctica o rítmica, con variación de algunos elementos.
Función: refuerza la musicalidad y da equilibrio formal.
Ejemplo (Romance del prisionero):
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor.
💬 Comentario: la repetición del esquema “cuando…” da un ritmo sereno y evocador que contrasta con la tristeza del prisionero, encerrado mientras todo florece fuera.
🔹 Geminación
Definición: repetición inmediata de una palabra dentro del mismo verso o frase.
Función: intensifica la emoción o la súplica.
Ejemplo (Romance de Fontefrida):
Duerme, duerme, mi niña,
duerme, duerme, mi amor.
💬 Comentario: la repetición inmediata de duerme transmite dulzura y ternura; imita el tono de una nana o un canto amoroso.
También es frecuente en expresiones de lamento:
Ay, ay, triste de mí.
🏺 Clasificación del romancero
🔸 Romancero viejo
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Incluye los romances anteriores al siglo XV, de autor anónimo y transmisión oral.
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Proceden muchas veces de fragmentos de cantares de gesta (como el del Cid), que se fueron acortando y adaptando al gusto popular.
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Conservan un tono épico y tradicional, con fórmulas repetidas y un lenguaje directo.
🗡️ Ejemplo: Romance del rey Rodrigo, que cuenta la pérdida de España tras la traición de la Cava:
“Las huestes de don Rodrigo
desmayaban y huían,
cuando en la octava batalla
los moros los perseguían.”
🔸 Romancero nuevo
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A partir del siglo XVI, los romances son cultivados por poetas cultos que imitan y reinventan el estilo tradicional.
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Se escriben ya para ser leídos, no recitados oralmente.
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Autores como Lope de Vega, Góngora o Luis de León aportan una sensibilidad más lírica y artística.
💬 Ejemplo (Lope de Vega, “Romance del pastor y la serrana”):
“Por la ribera del Duero
va caminando un pastor,
con su zurrón de cordero
y su cayado de amor.”
💞 Temas principales
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Romances épicos o históricos: narran hazañas de héroes, batallas o hechos del pasado.
Ejemplo: Romance del Cid, Romance del rey Rodrigo. -
Romances fronterizos y moriscos: ambientados en las luchas entre moros y cristianos durante la Reconquista.
Ejemplo: Romance de Abenámar, donde un diálogo entre el rey Juan II y un moro simboliza el respeto mutuo entre culturas.—Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había. -
Romances novelescos o líricos: tratan temas amorosos, aventuras o episodios fantásticos, con tono más sentimental o intimista.
Ejemplo: Romance del prisionero, de profundo lirismo.
🎶 Un legado vivo
El Romancero ha influido en todas las épocas de la literatura española. Poetas como Federico García Lorca retomaron su forma y su tono popular en obras como el Romancero gitano (1928), donde el viejo octosílabo medieval se llena de símbolos, color y modernidad.
Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.
Así, los romances siguen vivos: son la raíz del verso narrativo español, mezcla de música, historia y emoción.
💡 ¿Sabías que…?
Los romances se cantaban en las plazas y caminos. Los juglares los difundían de pueblo en pueblo, pero el verdadero guardián del Romancero fue el pueblo, que los memorizó y los transmitió durante siglos.
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